REHABILITACIÓN CARDÍACA
¿De dónde venimos?
La utilidad del ejercicio como método para conservar la salud es un hecho que ya se describía en la Grecia Clásica allá por los tiempos del gran Claudio Galeno (antiguo médico, cirujano y filósofo griego del Imperio Romano y precursor de la medicina moderna). No obstante, el concepto de Rehabilitación Cardíaca no se acuña hasta hace unos 50 años cuando se describe como la suma de actividades requeridas para asegurar a los pacientes las mejores condiciones físicas, mentales y sociales para que puedan por sus propios medios volver a ocupar el lugar que les corresponde en sociedad.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la rehabilitación cardíaca se define como “la suma de las actividades necesarias para influir fundamentalmente en la causa de la enfermedad y para procurar las mejores condiciones físicas, mentales y sociales, de forma que el paciente pueda por sus propios medios retomar o preservar un lugar en la sociedad tan normal como le sea posible”.
¿Quién se beneficia de la rehabilitación cardíaca?
Son muchos los pacientes potencialmente beneficiados con la realización de estos programas, aunque la evidencia científica más robusta nos dice que son los pacientes que padecen cardiopatía isquémica (pacientes con infarto de miocardio, pacientes a los que se les ha realizado cateterismos cardíacos, angina de pecho…) e insuficiencia cardíaca (pacientes con retención de líquidos de causa cardiológica) los que más se benefician consiguiendo una disminución de la mortalidad así como de los reingresos hospitalarios y una mejoría significativa en la calidad de vida. Estos datos son avalados por las más altas instituciones científicas y así lo dejan reflejado las últimas guías de práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología.
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¿En qué consiste?
Fase 1
Atención hospitalaria: basada en la serie de cuidados más inmediatos tras haber sufrido un evento cardíaco.
Fase 2
Recuperación funcional: Tras el alta hospitalaria y durante unas 8-12 semanas se asiste al paciente en su recuperación funcional, ahondando en la compresión de su enfermedad, recalcando la importancia del control de los factores de riesgo cardiovascular y acompañándole en la realización de un programa de ejercicio físico individualizado. Podemos distinguir tres ámbitos o tipos de pacientes diferenciados:
Fase 3
De por vida: se trata de la vuelta a la vida normal habiéndose recuperado funcionalmente. Es el propio paciente mediante la incorporación rutinaria de los buenos hábitos de vida, una adecuada nutrición y ejercicio regular el que se encarga de cuidar su propia salud. Los seguimientos con los diferentes profesionales serán más espaciados y podrán ser de forma virtual.

¿Qué ofrecemos nosotros?
Ofrecemos un plan individualizado de recuperación cardíaca y funcional durante 12 semanas.
¿Qué es lo que conseguimos?
Al final del programa nuestra misión es que el paciente sea dueño de su enfermedad, sea conocedor de la misma y sea capaz de desempeñar las actividades cotidianas a las que aspire. Con todo ello habremos conseguido sembrar la semilla de un estilo de vida cardiosaludable con el objetivo de que nuestros pacientes no sólo vivan más, sino de que lo hagan mejor.
